VACACIONES CON FAMILIA Y AMIGOS

DOS MESES EN ITALIA ENTRE FAMILIA Y AMIGOS. AQUÍ HAY TRES ENTREVISTAS SOBRE MI VIDA MISIONERA EN PERÚ

ENTREVISTA A SEDRIANO

¿Cuáles son los proyectos para acercarse al estilo de Papa Francisco?
La fuente es siempre la Biblia que la he leído en su totalidad, tres capítulos al día, en el largo y triste encierro del 2020. Así encontré LA ALEGRÍA DEL DONAR. Me he convertido en un administrador que vive de mi pensión sacerdotal y de la ayuda generosa de tantos amigos en el mundo.
Es necesario tener los ojos abiertos para descubrir las pobrezas incluso desconocidas como las familias inmigrantes de Venezuela. Siento emoción al acompañar, a distancia y con discreción, a una mamá embarazada de dos gemelitas. Luego hay los pañales, la leche especial, las visitas médicas de control con la mamá agradecida que me hace llegar un papelito: “En usted hemos visto la mano di Dios”. Esto apoyo se ha repetido por un año y medio con 60 familias.
El hambre se hace sentir entre las barracas de la periferia. No me muevo de la casa, solo el dinero va hacia manos seguras para un comedor popular para 80 pobres. Además de los alimentos necesitaban la corriente eléctrica con el sueño de un congelador. No lo creían al verlo llegar con sus propios ojos, grande, bonito, nuevo. “¡Pero ahora se lo robaran!” Todavía está, después de casi de dos años pero que trabajo protegerlo de la criminalidad.
Los colegios han estado totalmente cerrados por dos años. El camino de las lecciones online ha sido difícil, insuficiente y decepcionante para al menos de la mitad de los estudiantes dispersos en las montañas, inmersos en el verdor de la Amazonía o en las paupérrimas inmensas periferias de las ciudades. No faltaron momentos creativos entre los maestros del campo y voluntarios mil oficios. Se ha logrado hacer llegar a cinco escuelitas los regalos de Navidad para el 2020 y el 2021 con al menos 1000 tajadas de panetón, repartidas por varios Papa Noeles.
No olvidemos el salto importante que se ha hecho con la tecnología ZOOM y todas las nuevas estrategias didácticas.
En el 2022 se han reabierto las escuelas, pero en Peñico falta el agua, no hay juegos para los niños, hacen falta cuadernos y hasta las aulas de los más pequeños tienen solo un pavimento de tierra batida pero no mucho más. Pero está la Providencia que pasa entre mis manos con euros desde Italia y Alemania. Me han dedicado un mural. Un niño de tres años me ha llevado para verlo para verificar con sus ojos que el padre Antonio era justamente el mismo de aquel dibujo sobre la pared.

Háblenos de las emergencias y dificultades en tiempos de Covid

Las dificultades están sin número, impredecibles y con efectos desastrosos. El Perú hasta ahora es el primero en la clasificación mundial por número de muertos, en proporción a su población: 212.000 de 30 millones. Delante a esta catástrofe se revela la fuerza o debilidad de una nación como el Perú que ha cambiado cinco Presidente en dos años.
En toda su tragedia se ha visto el hecho que solo el 30% de trabajadores están en regla con sus deberes y derechos incluyendo la asistencia médica. Pocas medicinas son gratis, muchos se han visto forzados también a buscar y comprar – a precios del mercado negro - un balón de oxígeno para su familiar enfermo. Hubo actos de dedicación increíble por parte de los médicos, enfermeros y también de la policía que para controlar lo incontrolable, por la desobediencia de las personas, han tenido numerosísimas perdidas.
En la Selva amazónica se han utilizado al máximo las medicinas tradicionales, con discretos resultados. Una cosa que se me ha quedado impregnado en los ojos fue la fuga de las grandes ciudades de centenares de miles de personas que quedaron sin trabajo tanto a verse obligadas a regresar a sus tierras de origen. Han caminado por cientos de kilómetros, llevándose consigo a sus niños, afrontando intemperies, cansancio e incluso asaltos criminales.

¿Cuál ha sido su gran alegría y su profunda desilusión?

Una alegría increíble es el haber construido de la nada una planta de producción de oxígeno para el Hospital de Huacho. El domingo 31 de mayo, el grito del Obispo en la Misa: “La gente está muriendo, no podemos quedarnos con las manos cruzadas… debemos tener una planta de oxígeno para nuestro hospital”.
El sábado 26 de junio se realizó una originalísima TELETHON, - llamado aquí OXIGENATON. Esta campaña llenó de entusiasmo a la ciudad y a la región Huacho. Por una parte, desencadenada por todas las radios y televisoras y otra por toda la gente entusiasta de contribuir al grande RESPIRAR PARA VIVIR. Un hombre, que vive recogiendo botellas de plástico y cartones, dona todos sus 30 soles ganados en el día para la empresa que parece titánica.
El jueves 28 de octubre, con el corazón que se estremece por la emoción, bendigo pieza tras pieza la nuevísima planta de oxígeno, dejando al Director del hospital el honor de presionar el botón de puesta en marcha. Allí está presente el reciclador, con los ojos muy abiertos de asombro.

Más que la decepción es la amargura: venga a bendecir la sangre” Nunca había recibido un pedido así. La sangre estaba allí en el asfalto, un charco que no se lograba secar. Era la sangre de un hombre herido por un proyectil en la arteria femoral, dos horas antes. De profesión cambista de dólares o euros en soles peruanos, estaba tomando con calma su desayuno, a las 7.30 de la mañana, en un quiosco en la vía pública, antes de dirigirse para su puesto de trabajo en las afueras del Banco BCP. Dos motos con cuatro hombres lo han cercado para robarle la billetera con 5000 soles. Se opone y allí es que uno de los asaltantes lo dispara en la pierna. La sangre sale a raudales, imparable, inundando la calle. Una chica venezolana que estaba de paso ha tratado de bloquear la hemorragia con una correa mientras la ambulancia tardaba en llegar. Desangrado, llega al hospital ya sin vida. Profesor jubilado, 72 años, hombre tranquilo y estimado. La noticia de la tragedia corre veloz y llega a mis oídos tanto así que ocurrió a unos pocos 100 metros de la parroquia, en el pasaje Zeta. No puedo dejar de ir a ver, encontrando en el lugar a un amigo mío que me dice: “Padre, era un hombre sencillo, bueno, usted nos conoce, es nuestro trabajo, riesgoso, nos han asaltado también la semana pasada”. Más que escucharlo miro asombrado la sangre que dos señores tratan de limpiar, con poco resultado. Rezo en silencio, luego me alejo consternado mientras los autos, motos y transeúntes continúan, como indiferentes, su ir y venir. No me había dado cuenta de que una señorita me había seguido llamándome: “Venga a bendecir la sangre…” Pienso en Abel y en las palabras del Señor a Caín: «¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano me grita a mí desde el suelo”.
Regreso al lugar, rezo con voz temblorosa, una decena de personas se une a mí, un periodista interrumpe su entrevista. Todos juntos suplicamos: “Dios Padre, libéranos de todo mal”. Cuatro jóvenes fueron arrestados a pocas horas.

¿En misión siente la falta de sus raíces?

Nostalgia de casa, nostalgia de Milán, de los amigos de las varias parroquias… ? Siempre, de allí he recibido todo: vida, fe, sacerdocio y el Crucifijo en el Duomo con el mandato: “Ve, la fuerza de Cristo te acompañará”.
Continúo así, las raíces se han convertido en un árbol que acoge pajaritos de distintos colores del mundo.

ENTREVISTA A CERRO MAGGIORE

En Cerro Maggiore, ¿por qué?
Dicen que soy un “sacerdote vagabundo”, es verdad pero siempre regreso a casa aunque por breves periodos. Esta vez del Perú para estar dos meses en Italia, siempre en mi “primera casa sacerdotal” que es Cerro Maggiore donde he pasado casi 10 años en medio a la juventud, del 1964 al 1974 antes del vuelo al África como misionero por 12 años. Mi memoria se despierta inmediatamente recordando rostros, personas, anécdotas, caminos, alegrías y dolores…
Banalmente también podría decir que regreso para tener (no comprar) zapatos nuevos hechos a mi medida por mis amigos zapateros como hace 58 años en esta parte.

1. El Covid ha afectado el ritmo social y religioso. ¡Cuántas sillas vacías en las casas, y cuanto miedo también para reunirse en pequeños grupos! Pero nos hemos reencontrado para una Misa en la Canazza y un sábado por la tarde con los Santos Cornelio y Cipriano en la parroquia. Esperaba escuchar al coro di Ars Nuova, pero ya no está más con nosotros el director Franco Pasquali.
2. Infaltable las citas con tres grupos: los “del fil de fer”, comandados por Enrico y Giordano, con los del basket histórico con Angelone y Tino, y también los ex chicos de mi legendario equipo de futbol de los Grog, con el entusiasta Moreno.
3. Hasta el último momento en Perú me había vuelto a prometer de encontrar a la familia de Gianfranco Rotondi, muerto de paro cardiaco, caminando entre los montes. El último día lo he logrado yendo directamente a la empresa familiar de prefabricados de concreto. ¡Qué momento con sus hermanos y sus sobrinos, lindos todos, dedicados, unidos, sonrientes siguiendo los valores dejados por sus padres!
4. Mi hermana Ermanna no lograba entender la insistencia de un “cerrese” para encontrarme a toda costa, en nombre de otros que estaban en Portugal e Inglaterra. Fue un pequeño milagro de una amistad nacida en el antiguo oratorio en la calle San Giovanni, hace medio siglo. Bobby de Lisboa y Ambrogio de Londres habían llegado en avión para unirse a Peppino, Enrico, Vittorina, Camillo para recorrer conmigo tres horas de pura alegría hablando del pasado, presente y futuro. Ermanna nos escuchaba incrédula y feliz incluso ella.

ENTREVISTA DEPORTIVA: UN CALIZ Y UNA PELOTA

“He trascurrido mi vida caminando con un cáliz y una pelota”. Las palabras y música son de Don Antonio Colombo, sacerdote diocesano nacido en Casatenovo con una vocación misionera apasionada y determinada, sobre cuyo camino ha transitado desde el año 1964 hasta el día de hoy, con dos puntos de equilibrio importantes en su apostolado: la palabra de Dios, por encima de todo, y el deporte. El deporte como instrumento para construir relaciones, el deporte como instrumento de salvación no solo en los entornos de fragilidad y pobreza, sino a veces como una verdadera ancla para salvarse de la muerte segura, de la vida en las calles, de la desaparición.
La vida de don Antonio parecía inicialmente aquella de un normal y apasionado sacerdote diocesano, enamorado del deporte pero salido del seminario en una época en la cual los seminaristas no podían jugar fútbol, ordenado sacerdote a los 23 años y quien durante los 10 años siguientes estuvo encargado de la Parroquia de Cerro Maggiore: “Después fui a África por un matrimonio –nos cuenta- y allí me atrapó probablemente lo que muchos conocen como “Mal del África”, aquella urgencia de querer regresar, la idea de sentirse destinado a sostener y acompañar a las personas que adolecen condiciones de vida frágiles, precarias, casi sin esperanza en aquel continente tan golpeado. En aquel período el ahora Cardinal Colombo enviaba seguido a sacerdotes diocesanos a continuar misiones en el extranjero, y yo me presenté inmediatamente como candidato”.

DESTINO ZAMBIA

Una vez que hubo aprendido en la Inglaterra el inglés, en el año 1974 Padre Antonio salió por primera vez en un avión que lo llevaba de misión, cuyo destino fue Zambia. “En aquella primera asignación debía crear una misión desde cero, aprender el Bantu, relacionarme con la gente del lugar que por primera vez se encontraba delante de un sacerdote blanco –nos cuenta el Padre- El deporte me sirvió de inmediato para llegar adonde ni siquiera el Inglés o el Bantú podían”. En aquellos lugares tan alejados de Brianza y de Cerro Maggiore, Padre Antonio se dobló las mangas y comenzó a reunir a los adultos en un pequeño equipo de fútbol. Desde sus lugares de origen llegaba de manera constante el apoyo de las comunidades: “Me enviaban uniformes y materiales para este equipo y estas personas que no tenían ni siquiera zapatos, menos aun zapatillas para jugar. Eran los años 70’, no había nada, incluso menos de lo que hay ahora” prosigue el padre Colombo. Los años en Zambia trascurrieron así entre la evangelización y el crecimiento de una comunidad alrededor del deporte, del fútbol, hasta alcanzar un acuerdo con la Liga local de Fútbol para un pequeño campeonato, y ver debutar en la Selección del Zambia a uno de sus jóvenes, Kelvin Mutale.
Una alegría que fue prontamente apagada por una tragedia. En el año 1980 el avión que trasportaba al equipo nacional de los jugadores zambianos se estrelló. Entre los objetos pertenecientes a los cuerpos que fueron recuperados, había un par de zapatillas de fútbol Inconfundibles para el Padre Antonio. Era las de Kelvin, aquellas zapatillas se las había regalado él. Era el inicio de un momento difícil para África, con la población reducida a la mitad, aniquilada por el SIDA y por la malaria. En aquel momento con tanta preocupación dentro de sí, don Antonio fue llamado a regresar a Italia por haberse cumplido el plazo de los 12 años de misión previstos, dejando en Zambia un pedazo de su corazón pero también una misión, la comunidad de la Parroquia San Salvatore, fundada por él, un movimiento deportivo, el equipo de fútbol “A Roma Star” y un torneo que lleva el nombre de Copa Colombo.

DESTINO ITALIA

Para él en Italia hubo asignaciones en Cologno Monzese a inicio de los años 90 y sobre todo en Greco, el cual fue uno de los impulsores del nacimiento del Polideportivo Greco San Martino, entre las sociedades históricas del CSI (Centro Deportivo Italiano) a la fecha de hoy. Era el final de los años 90 y el sacerdote diocesano con años de misión sobre sus espaldas en los cuales el deporte había salvado vidas, respondía de una forma única a quienes no alcanzaban a entender el gran valor del deporte en las comunidades cristianas y en los oratorios: “Si el deporte es como la bola y la cadena a los pies del prisionero... ¿entienden lo que les digo? Que con la pelota a los pies se corre a través de la cancha, se hace gol, ¡y se gana el partido!”.
La gran disponibilidad de instalaciones y de realidad deportiva en Italia suscitaba grandes sorpresas ante los ojos de un misionero que había visto niños descalzos jugar en campos llenos de baches y sin grass de África. Hoy, mientras recuerda aquellos años y nos comparte su historia, don Antonio se ve alrededor del centro deportivo de Cornaredo donde lo encontramos con el CSI para el Mundo), y su conmoción al ver el grande centro con los campos de 11, de 7, los polideportivos, los lanzamientos, las estructuras de tracción, es algo que no tiene términos de comparación, tal vez solo algunos niños que se han sorprendido frente a cosas inesperadas se quedarían igual de sorprendidos como él, tan petrificados y con pasos dubitativos al caminar delante a aquello que están viendo. “Este lugar es el paraíso para mis niños” ha comentado muchas veces con los ojos humedecidos y una sonrisa que irradia amor. Pero atención a malinterpretar esta dulzura de su sonrisa como un signo de debilidad, porque don Antonio es un sacerdote misionero determinado, que no deja una piedra sin remover para su gente.

DESTINO PERÙ

“Su gente” desde el 2007 es la de Huacho, una comunidad peruana a pocos kilómetros del Oceano Pacifico, donde la gente suele reunirse, con mayor frecuencia que en otros lugares, en la conocida Catedral para realizar las celebraciones religiosas ligadas al culto de los santos. Pero no había ningún oratorio, ningún centro juvenil.. “Cuando he preguntado si existe un lugar parecido a un oratorio, me han llevado a una explanada de 4000 metros cuadrados, y allí me han dicho: ¿deseas un oratorio? Constrúyelo”. ¿Qué piensan que hizo don Antonio? Ha empezado a construir, y ha iniciado a hacerlo partiendo desde los campos deportivos, desde los espacios para jóvenes, para chicos, desde la academia de fútbol que sustrae a los chicos de las calles y de la violencia, dando así un refugio a muchos huérfanos del lugar, algunos de los cuales han logrado redimirse y a pasar de una vida de privaciones a la carrera de futbolistas profesionales. “Los latinos tienen un concepto de fe diferente al nuestro, no existe la tradición dominical de participar en Misa pero existe un fuerte culto a los santos con fiestas de numerosa asistencia que rara vez he tenido oportunidad de presenciar en mi vida, pero no es posible construir un camino con continuidad. El deporte, en cambio, hace esto posible, une a la gente en un proyecto, al mismo tiempo a la Iglesia, ofrece la oportunidad, salva, crea comunidad, da esperanza”. También en Huacho existe la Copa Colombo que los reclusos de la prisión local han decidido dedicar al sacerdote de Milán después de haberlo conocido durante las fiestas navideñas, una ocasión durante la cual el Padre no pierde la oportunidad de hacer llegar las pelotas de fútbol a los presos, consintiendo que ellos encuentren en el deporte un modo de desfogar positivamente su energía física, abandonando la violencia.
Así como en África la población fue flagelada por la tragedia del SIDA, de igual forma el Perú se ha convertido en uno de los países en el mundo más afectados y destruidos como consecuencia de la Covid-19, por haber tenido la tasa de mortalidad más alta en relación con el número de habitantes. “En Perú se decía querer evitar las ‘muertes Bergamo’ como le llamábamos en aquella época después de haber visto las imágenes de Italia –ha explicado don Antonio. Pero desafortunadamente la situación de pobreza de los alrededores, la falta de estructura hospitalaria equipada, de agua potable, la escasez de oxígeno, forzó a la gente más pobre a salir de sus casas para buscar el alimento y agua que no tenían. Las muertes solo aumentaban, ninguno lograba curarse, en la Amazonía las personas utilizaban medicamentos naturales y el resultado fue una propagación de la pandemia a niveles incontenibles y un número de muertos insostenibles”. Esta vez, por suerte, don Antonio no tuvo que irse. No ha sido regresado a Italia, sino que ha afrontado la situación trágica, ha estado recuperándose en el hospital mucho tiempo por complicaciones en el corazón y diversas patologías por curar, pero no se ha ido: “Y regreso” nos dice felices desde lo avanzado de sus 80 años trascurridos.
Su avión, en efecto, despegará el 21 de junio para regresar a Sudamérica, después de unos meses en Italia para volver a abrazar a los amigos de siempre, las hermanas (entre las cuales, Madre Dalmazia, Estrella de Italia por sus 50 años de misión en Mozambique), las comunidades que lo han escuchado desde sus primeros años de sacerdote, y para conversar un poco también con nosotros sobre CSI para el Mundo. Lo saludamos mientras usa feliz la camiseta de la sociedad de fútbol que ha ayudado a crecer en Perú, mientras nos deja como recuerdo un libro lleno de fotos que dan testimonio de cuánto él ha apoyado profundamente al deporte en las misiones, en cada sitio donde le tocó vivir. Y nosotros no podemos hacer otra cosa que entender la gran sonrisa que aparece iluminando su rostro cuando nos explica que “Sí, el deporte ha funcionado siempre”.

Giorgia Magni

“He vuelto al barrio” justo para celebrar mi aniversario de Ordinación sacerdotal. Ya son 58 años y empiezo a soñar la cima de los 60, sería un milagro.

Don Antonio Colombo

Huacho, 22 de julio de 2022

Traductoras: Damiana Pozo y Regina Pillco